Apartamentos recién estrenados tienen filtraciones en paredes y tuberías tapadas. Construcciones con un año de antigüedad no cuentan con bajante de basura
DULCE MARÍA RODRÍGUEZ
DRODRIGUEZ@EL-NACIONAL.COM
14 DE OCTUBRE 2014 - 12:01 AM
Al entrar al conjunto Valle Nuevo FNC de la Gran Misión Vivienda, en el Valle, pareciera que la comunidad tiene al menos 20 años viviendo allí por el estado de deterioro del lugar. Sin embargo, hace menos de 365 días les adjudicaron los apartamentos.
La mayoría de sus residentes provienen de refugios y, a pesar de lo inconclusa de la obra, agradecen el techo bajo el que duermen. No obstante, la vida allí no es fácil. “Tengo que caminar dos cuadras con las bolsas de basura en la mano para echarlas en el contenedor más cercano, porque no podemos utilizar el bajante”, contó Leonor Perdomo, residente de la Torre 3.
Ella tiene un año viviendo en el conjunto. Sube las escaleras a diario con las compras del mercado porque nunca han funcionado los ascensores. La entrada al lugar en el cual deberían estar los elevadores tiene un pedazo de reja atravesado para evitar que los niños caigan en el hueco.
No tienen gas directo ni teléfono fijo porque la constructora contratada no dejó las tuberías. No pagan servicio de luz y agua porque no les han instalado los medidores. Perdomo justifica las omisiones en las instalaciones del edificio porque les adjudicaron las viviendas antes de finalizada la obra, pues hubo varios intentos de invasión. “Era eso o nada. Yo tenia tres años viviendo en el refugio de la Guardia Nacional Bolivariana de El Paraíso, donde nos trataban muy bien, pero ya la situación era insostenible”.
Sin embargo, Perdomo está agradecida. Dijo que por lo menos llegó Fundarte y las niñas reciben clases de danza en las tardes.
Otro habitante del complejo, que pidió no ser identificado, señaló: “Desde la autocrítica y en el marco de las 3 R: revisión, reimpulso y rectificación, pregunto adónde fueron a parar los recursos asignados para ejecutar el proyecto original de este complejo. Los entes competentes no se responsabilizan de los resultados. No se construyó con eficiencia, no se cuido la calidad ni se respetó el plan original”.
Luis Felipe Soto, residente de la Torre 1, dijo: “Aquí faltó la cancha deportiva, el parque infantil, las áreas verdes y el Simoncito”.
El complejo habitacional tiene 3 torres con 84 apartamentos habitados. Falta un edificio por terminar por la escasez de materiales.
En la torre en construcción hay agua estancada, desechos, moho y abunda la plaga. En la comunidad se han presentado casos de dengue y chikungunya, de acuerdo con vecinos. En la Torre 3 le pagan a una vecina para que limpie pasillos y escaleras.
“Cada edificio lo levantó una constructora diferente y no hay quien dé la cara”, indicó un residente de la Torre 1. Sin embargo, voceros vecinales de las tres torres manifestaron que están agrupados en consejos comunales para solucionar los problemas.
Filtraciones y humedad. En la vía entre Santa Mónica y Cumbres de Curumo inauguraron en febrero de este año el Urbanismo Nelson Mandela. Son 6 torres, de las cuales han entregado 3 con 210 apartamentos. Las viviendas recién estrenadas presentan problemas en las tuberías de aguas blancas, filtraciones y humedad en las paredes. Además, la placa del estacionamiento de la Torre C se está hundiendo.
“Después de bañarme tengo que salir a secar el pasillo porque se fuga el agua de la ducha por la pared. Del otro lado está llena de moho por la humedad. Le avisé al ingeniero y me dijo que la tubería de la ducha está rota, pero no la ha reparado”, dijo Dayana Garcés.
Los vecinos se han organizado en comités multifamiliares de gestión y alertan sobre las fallas en la obra. En la puerta de las escaleras de la Torre C pegaron un aviso en el que se lee: “En reunión sostenida con ingenieros de la Oficina Presidencial de Proyectos Especiales se acordó que se realizaría inspección a aquellos apartamentos que presentaron falla de acabado (…)”. Solicitarán informe al propietario para que el comité multifamiliar de gestión lo certifique y se haga la reparación.
Los problemas persisten
“El desagüe de la cocina está tapado. Por allí no ha bajado el agua nunca. Todo el piso del apartamento es de cemento y cuando lo lavo me toca escurrir el agua en el baño. Viví en el refugio de Parque Central tres años y dos meses. Allí pase mucha necesidad, ahora mi vida y la de mis hijos cambió radicalmente” (Jennifer González, ama de casa).
"No puedo lavar porque se devuelve el agua con jabón por el centro del piso de la cocina cuando escurre la ropa. Si no estoy pendiente se me inunda el apartamento y me toca dejar la espalda sacando el agua. Son varios apartamentos con ese problema. Le avisé al ingeniero y vinieron a revisar, pero todavía no me han solucionado el problema” (Maritza Riva, ama de casa.).
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Las consecuencias de haber actuado con total improvisación, populismo y afán de ganancia fácil y millonaria. La falta de contraloría sobre el destino de inmensos recursos de la nación, manejados por funcionarios sin preparación alguna para llevar a cabo proyectos de semejante envergadura, ha resultado en un caos que agrava aún más los problemas de urbanismo de la ciudad, y cuyas consecuencias se sentirán por décadas. Todo porque a Chávez se le ocurrió la ''brillante idea'' de construir una ciudad dentro de la ciudad.
De allí la importancia de que las comunidades se organicen en defensa de los espacios públicos y áreas verdes que puedan ser objeto de apropiación por parte del Estado, ya que ha quedado demostrado que estas construcciones deterioran la calidad de vida de las comunidades, generando condiciones de riesgo a la salud, deterioro de los servicios públicos existentes, contaminación, hacinamiento y violencia. No son pocos los crímenes que se han cometido en estas ''soluciones habitacionales''.
Mario Contreras
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